¿Vale la pena quejarse?
En ocasiones consideramos nuestros problemas como los más
importantes del mundo, pero descubrimos que no son tan importantes cuando vemos
problemas reales en otras personas.
Como decía Rafael Santandreu se tiende a terribilizar y
dramatizar todo lo que nos pasa.
Mientras estaba leyendo el libro del “Arte de no amargarse
la vida” se me saltaron las lágrimas cuando se relatan 2 historias de
superación con adversidades muy grandes pero que incluso así llegaron a ser
felices y aprovechar su vida al máximo.
La primera historia es la de Hawking, que después de tener
unos días de depresión por haberle diagnosticado ELA, consideró que quejarse
era perder el tiempo y decidió vivir su vida disfrutando al máximo de todos sus
días. El optimismo y las ganas de vivir hicieron que disfrutara de muchos más
años de vida con su familia de los que la medicina le había diagnosticado.
La otra historia es la del actor de Superman (C. Reeve), los
que somos de los 80 nos acordaremos de la caída que sufrió de un caballo que le
dejó tetrapléjico. Según Reeve la receta para el optimismo era la siguiente, y cito textualmente: “Es de
una importancia capital no dejarse vencer nunca por la negatividad. No sólo por
salud mental, sino literalmente, por salud física. Porque si se deja que la
negatividad campe a sus anchas, se expande. Tú tienes mucho poder sobre tu
mente. Úsalo”.
Si observamos a nuestro alrededor siempre veremos a personas
con verdaderos problemas y que afrontan la dura vida que les ha tocado vivir de
forma positiva y optimista para ser feliz, ¿por qué nos quejamos por “bobadas”?
Vamos a valorar lo que tenemos y a disfrutar de lo afortunados
que somos por poseerlo y dejemos de pensar en lo que no tenemos.

UTILIZA TU MENTE, SE FELIZ.
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