¿Sabemos por qué culpamos a otros de nuestras acciones?

Una de las características más significativas de las personas que están motivadas y son felices es la de no culpar a nadie.

Culpar a otras personas es una forma sencilla de evadir tu responsabilidad ante una acción o situación que has realizado o que ha sucedido y por ello es la forma más eficaz de perder el control de nuestra propia vida.

Hay personas que cuando culpan a otras buscan la justificación de lo que ha ocurrido, en ese momento se cree que se ha solucionado el problema pero realmente no es así, porque si verdaderamente pensamos que el problema ya está resuelto no buscaremos ni la causa ni el efecto de lo ocurrido por consiguiente, el problema seguirá presente.

Las personas con grandeza mental son aquellas que reconocen su responsabilidad de lo ocurrido, lo interiorizan y buscan una solución.

Para conseguir no culpar a otras personas de nuestros errores, tenemos que aprender a relajarnos y superar esa 1ª necesidad de hacerlo como solución, que nos viene a la mente. Hay que tomarse tiempo para ver porqué ha sucedido y como podemos llegar a solucionarlo. Tenemos que ser conscientes que el encontrar un culpable no va a solucionar nada.

Tenemos que olvidarnos de culpar a las personas y centrarnos en nuestros objetivos, en solucionar lo que podamos y cambiar lo que haga falta para mejorar y hacer las cosas como tenemos que hacerlas.

De esta forma aprenderemos a ser felices, sabremos cuales son nuestras debilidades y fortalezas, nos conoceremos verdaderamente a nosotros mismos y así cuando nos equivoquemos seremos nosotros mismos quienes lo reconozcamos y busquemos una solución.

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