¿Volvemos a la imaginación que teníamos de niños?

Cuando somos niños tenemos mucha imaginación, somos capaces de imaginarnos que somos médicos, astronautas o profesoras.

La imaginación es beneficioso para aumentar la confianza en nosotros mismos, para vivir más feliz y para reconocer y resuelver los problemas con antelación, haciendo que se reduzca nuestro estrés.

Con el tiempo, cuando nos hacemos mayores, perdemos la capacidad de imaginar, sin saber que perdemos beneficios que nos pueden ayudar a ser feliz plenamente.

Os propongo a continuación un ejercicio de imaginación para nuestra etapa de adultos:

Si en nuestro ámbito laboral estamos felices pero no plenamente, tenemos que identificar cual es la situación que nos disgusta y que querríamos mejorar, en ese momento tenemos que imaginarnos como cambiaríamos esa situación y si esos cambios nos reportarían beneficios en nuestra vida personal y profesional.

Este ejercicio también es bueno para saber que es lo que queremos estudiar, para desarrollar nuestra carrera profesional o para decidir si queremos cambiar de trabajo porque el que tenemos no nos hace felices.

La imaginación, en todos estos casos, nos ayudará a tomar decisiones, porque estamos haciendo frente en nuestras mentes a los futuros problemas o ha futuras emociones ya sean buenas o malas.

Ejercitar la imaginación, aunque seamos mayores, nos ayudará a ser más felices tanto en nuestra vida profesional como en la personal.

Volvamos a ser felices plenamente como cuando éramos niños.

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